jueves, 17 de mayo de 2007

OS RECOMIENDO UN ARTICULO PUBLICADO HOY EN " LA TERCERA" DE ABC TITULADO "El SMOG ECOLOGISTA" DEL ESCRITOR MIGUEL PORTA PERALES.

Pone en duda muchas de los mensajes con los que nos borbandean ultimamente sobre el " Fin del mundo", y más alla habla de manipulacion politica con la idelogia ecologista y de izquierda

Podeis encontrarlo en el siguiente enlace. Copiadlo y pagadlo en el explorer de internet:

http://www.abc.es/20070517/opinion-la-tercera/smog-ecologista_200705170323.html

Luego os aconsejo que copieis el texto y lo pegueis en el word y establezcais una letra normal y visible para leerlo comodamente.

Algunos de los párrafos del texto son los siguiente:

"La temperatura aumenta. Los polos se deshielan. El nivel del mar sube. Lluvia intensa. Inundaciones. Olas de calor. Sequía prolongada. Desaparición de especies.

¿Y si la catástrofe que se pronostica es el resultado de la lectura interesada de un IPCC que no afirma exactamente lo que dicen que dice? ¿Y si, de alguna u otra manera, estuviéramos sucumbiendo -sin por ello negar la existencia del cambio climático- al fundamentalismo ecologista que todo lo contamina?

Volvamos al presente. Sobre los males que, según asegura el último informe del IPCC -o sus antecedentes entre los que cabe destacar el informe Stern, o el informe del IPCC de 2001 que ha sido en parte refutado por el de 2006-2007-, nos aquejarán en este siglo, la unanimidad no existe.

….. el tremendismo de Al Gore y su Una verdad incómoda se fundamenta en una burda manipulación de los datos.

¿Qué ocurre aquí? Creo que la cuestión del cambio climático -por cierto, ¿es ese el mayor problema de nuestra época?- ha sido manipulada y politizada por el fundamentalismo ecologista con la inapreciable colaboración de la izquierda. Y del smog ecologista que se ha instalado en nuestra sociedad -no confundir la ecología, que es una ciencia, con el ecologismo, que es una ideología- conviene protegerse.

Si bien se mira, el ecologismo es una ideología substitutoria, una ideología prêt-à-porter que ha venido a ocupar la vacante dejada por las antiguamente llamadas ideologías emancipatorias -marxismo y socialismo- que quebraron hace unas décadas por la fuerza de los hechos.

En el fondo, el fundamentalismo ecologista toma cuerpo en una utopía negativa -mejor, un despotismo utópico que exige el sacrificio del presente y el desarrollo no admitiendo ni la indiferencia ni la desobediencia bajo amenaza de ser tildado de reaccionario, liberal o iletrado- y de un discurso del no -«no consumas», «no construyas infraestructuras», «nucleares no»- que es el heredero natural del simplismo ideológico progresista y de las admoniciones de los viejos inquisidores. El smog ecologista, decía antes".

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